O retorno de héroes del silencio

Y en mi despertar descubrí que no más lágrimas brotaban de mis ojos, que ya no eras culpable y que la sirena varada me despojaba de la torre de babel que era estar en brazos de la fiebre.
Mientras la sobredosis de medicina húmeda, cual opio administrado por los surcos del vinilo, sugería a la sangre hirviendo de mi corazón que siguiera su propia senda, la carta, sin remite ni destino, curó la herida contagiada por el virus y las malas intenciones grabadas en tumbas de sal.
La lluvia gris de los nuevos días de borrasca acercó, desde mar adentro, la oración sellada cual tesoro en el refugio interior de la alacena.
Sin haber olvidado nuestros nombres, sin morir todavía, sin perder de vista la visión de vuestras almas y sin dejar de pensar en los placeres de la pobreza, descubro que la apariencia no es sincera y que la rueda fortuna, como la magia de un hechizo, manda una nueva avalancha desde la isla de las iguanas.
Bendecida 2 veces bendecida, será la chispa adecuada que con nombre de guerra, en forma de apuesta por el rock’n’roll, traerá el héroe de leyenda a esta iberia sumergida y sumida en su decadencia.
Maldito duende que entre dos tierras nos privó hace tiempo de la espuma de venus parasiempre. Muéstrame una fuente esperanza de la que brote el impulso necesario para deshacer el mundo.
… Y parasiempre me parece mucho tiempo. Cuando el mar no cesa y se mezcla con el camino del exceso, la flor de loto que flota en el estanque una acústica noche de agosto, proyecta hologramas de reencuentro.
Quiero, necesito, adoro, pido, exijo, suplico, amo, …16 acordes de veneno por los que derivas en la genial composición de el cuadro.
Flor venenosa que sacias mi sed, sal ya de la oscuridad, del silencio, del ocaso, del final, de la Z.